Psicología práctica. Memética en castellano

Donde se reflejan mis pensamientos de psicología, memética, y la misteriosa zona que hay entre la psicología y la informática.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Historias de un psicólogo.
Ocurrió hace unos 20 años, yo tenía 26. Vino a mi consulta uno de los casos que he resuelto, pero que me han marcado de por vida.
Visitaba desde un centro clínico privado, situado a unos centenares de metros de mi casa. Mi tía me envió lo que ella consideraba un caso imposible: un chico joven, de unos 25 años, con una enfermedad bipolar (depresión - excesiva alegría), pero que varias veces se había intentado quitar la vida.
Tener una vida en mis manos.... yo sabía que si no resolvía aquel caso, seguro que algún día lo haría de forma más perfecta (hay pastillas que te matan en 15 minutos, sólo hay que saber las que lo son), y entonces un funeral, un fracaso de un psicólogo que no pudo convencer a un chico de que .... "la vida, vale la pena vivirla". Ni siquiera yo estaba del todo convencido de eso, pues también llevaba un tiempo que pensaba que era mejor estar muerto.
Pero eso no se lo iba a decir al chico. Lo recuerdo como si fuera ayer. Junto a su madre, y yo, al otro lado de la mesa (el lado de los sanos mentalmente, llevan bata blanca), leyendo su informe, que era terrorífico. Me decía a mí mismo ¨(¿te atreves?), es tuya toda la responsabilidad. Un joven muerto, o uno vivo con ganas de disfrutar de la vida.
Así que después de leer el informe el pulso me temblaba.
- ¿Profesión? -, le pregunté.
- Informático, ingeniero informático. - Contestó mi chico-desafío.
- Veo que has intentado quitarte la vida.
- Sí, lo volveré a hacer, hasta que lo consiga.
- Y ¿qué prisa tienes?.
Le provoqué un cortocircuito en su mente. Esperaba que yo lo animara, pero puse en cuestión su postura. Y tengo que decir la verdad: esa frase ante un suicida no era mía, sino de mi adorado Charles Chaplin, en la película Candilejas, lo dice al salvar a una chica de su muerte, al empezar la película.
Pero a mí me funcionó. Pues se quedó sin respuesta. Así que seguí yo la conversación.
- No te preocupes, morir morirás seguro. Igual que todos. Pero a su tiempo.
"A su tiempo", si es que soy un copión. Frase cogida del "Exorcista".
- Mira, estás pasando una mala racha. Pero las cosas pueden cambiar.... ¡siempre y cuando estés vivo!. En el ataúd, es seguro que tu vida no cambiará jamás.
- Pero tampoco sufriré si estoy muerto.
- Quizás dejes de sufrir si estás vivo.
- No creo que mi vida cambie, se llene de alegría-. Me desafió.
- Bueno... la desesperanza es un síntoma de la depresión. Cuando yo te quite la depresión, volverás a tener esperanza. Volverás a pensar "esto también pasará". Porque no hay nada perpetuo-, frase mía, creo que inspirada en el budismo.
Y me hizo una pregunta clave:
- ¿Qué diferencia hay entre un psicólogo y un psiquiatra?.
- Hablemos en tu idioma informático. Piensa en nuestro sistema nervioso como un ordenador. Tiene sus circuitos, su sistema de alimentación, su teclado, ratón, pantalla... todo esto es el hardware.
- Lo sé, esto no es nuevo para mí.
- Bien, pues del hardware, de las neuronas y sobretodo, de los neurotransmisores (sustancias químicas con las cuales se comunican las neuronas), se ocupa el psiquiatra. Yo me ocupo del programario, sistema operativo y otros pequeños programas que hay en tu cerebro. Yo me ocupo de cómo procesas la realidad. Pues tus pensamientos provocan tu estado de ánimo. Tengo que ver lo que hay en tus programas que te hacen estar hundido.
Lo comprendió a la primera. Yo hablaba en su idioma. Y sabía lo justo de informática. Pero incidí en su sistema de creencias, de cómo él percibe o procesa lo que ve.
Durante años trabajé con el chico. Quiero decir, con orgullo, que ahora está totalmente recuperado y con ganas de vivir. Y esa es la mejor medalla que puede llevar encima un psicólogo que piensa que se gana la vida mejorando la de los demás. Al final no se mató, ni ahora quiere matarse.
Esa historia la recordaré siempre, y siempre que la vida me va mal pienso: "Algún día las cosas cambiarán" o decir "Esto también pasará".
Muchas veces me lo he tenido que aplicar a mí mismo.

2 comentarios:

  1. Muy bonita historia Manel,la profesion de psicologo tiene mucho de grande, igual que la de medico, profesor y un largo etc, ya que influyes en una persona, llegando a tener su vida en tus manos, o su futuro, su preparacion, todo....
    Te enlazo a mi blog y suerte con el tuyo! a ver si te visita mucha gente!

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Fani, eres un sol (naciente, claro ;-) )

    ResponderEliminar